EVANGELIO: Mateo 5, 13-16
«Vosotros sois la sal
de este mundo. Pero si la sal deja de ser salada, ¿cómo seguirá salando? Ya no
sirve para nada, así que se la arroja a la calle y la gente la pisotea. “Vosotros
sois la luz de este mundo. Una ciudad situada en lo alto de un monte no puede
ocultarse; Del mismo modo, procurad que vuestra luz brille delante de la gente,
para que, viendo el bien que hacéis, alaben todos a vuestro Padre que está en
el cielo».
ORACIÓN: Oración del voluntario
Gracias,
Señor, por haberme llamado a servir gratuitamente,
a dar mi tiempo, mis energías y mi amor a quienes sufren.
Aquí estoy, Señor, envíame.
Dispón mi mente y mi corazón a escuchar sin perjuicios,
a servir hasta las últimas consecuencias.
Envíame, Señor, a pesar de que yo también soy débil;
así comprenderé que eres tú nuestra fuerza,
y mis hermanos descubrirán tu rostro en mi presencia discreta,
envíame, Señor,
y así comprenderé que la mayor felicidad está en servirte.
a dar mi tiempo, mis energías y mi amor a quienes sufren.
Aquí estoy, Señor, envíame.
Dispón mi mente y mi corazón a escuchar sin perjuicios,
a servir hasta las últimas consecuencias.
Envíame, Señor, a pesar de que yo también soy débil;
así comprenderé que eres tú nuestra fuerza,
y mis hermanos descubrirán tu rostro en mi presencia discreta,
envíame, Señor,
y así comprenderé que la mayor felicidad está en servirte.
Amén
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