20 DE FEBRERO

¿ABRAZAMOS? 




Reflexión y motivación del día:
Estamos en la primera Semana de Cuaresma. Ayer en el evangelio del Domingo se nos narraba cómo Jesús fue llevado al Desierto, lugar de silencio, para ser tentado y puesto a prueba. 

Nosotros también vamos a reflexionar sobre una de las tentaciones a las que somos empujados por la sociedad actual: la indiferencia y la falta de sensibilidad. 
Para eso os invito a centrarnos, como decía la canción, en nuestra capacidad de abrazar y ser abrazado, de dejarnos conmover por la vida.


En el “Libro de los abrazos” Eduardo Galeano dice que hay abrazos que se guardan toda la vida, abrazos inolvidables, sentidos y también de los otros, fríos, metálicos, abrazos que no debieron ser.
¿Abrazamos? ¿A quienes abrazamos? ¿Con que frecuencia abrazamos? ¿Cómo abrazamos? Estas preguntas importan y tener el valor de formularlas, cada quien en el altar de su silencio, aguardando con total honestidad las respuestas, es el camino para evolucionar. Observar, observarse, ver y comprender las señales que la vida nos envía a través de nuestras relaciones, es el camino para realizarse como persona.
Uno abraza a otros como abraza la vida. Uno abraza la vida como se abraza. Hay infinidad de formas de abrazar:

El Abrazo físico –. Suelen ser cortos, fuertes y muchas veces son fríos ya que no se ponen en juego partes más profundas del ser.

El Abrazo emocional – Es como su nombre indica altamente emotivo. Nunca olvidaremos el abrazo de una persona amiga, abrazo fuerte y contenido, un abrazo de despedida, de pareja, de reencuentro, de cariño. Un abrazo es una forma de compartir alegrías, consuelo en el dolor. Un buen abrazo permite refugiarnos en los brazos de otros.

Abrazo del alma – Abrazar desde el alma no es una técnica es un modo de ser y de vivir. Lo fundamental es la intención, y la mejor intención es siempre la más pura, la más amorosa, la que no busca una recompensa, no espera nada a cambio y te hace sentir especial, importante, comprendido. Permite curar nuestras heridas más íntimas, reparar nuestras emociones, nuestra confianza en nosotros mismos y en los demás. Nos devuelve la esperanza en el futuro y nos impulsa a seguir luchando por nuestros sueños.

Abrazar es estar abierto. Abrazar es dejarse abrazar y dejarse abrasar por la emoción. Es vincularse desde dentro y dejarse conmover. Es dejarse tocar, no con la piel sino con el corazón y los sueños, no en la piel sino en el corazón y el alma.

COMPROMISO
Te propongo un compromiso para esta semana: observa a tu alrededor, tanto en el colegio como en casa o en el barrio, qué personas necesitan de un abrazo especial porque les vemos cansados, frustrados, tristes, desesperanzados. Ofréceles un abrazo desde el alma, transmitiendo en él toda la energía y el cariño que puedas. Un abrazo transformador que llegue hasta la raíz y logre conmover a la persona. Actúa, toma la iniciativa. La Cuaresma necesita de valientes que no tengan miedo a expresar sus sentimientos y a crear VIDA allá donde vayan.


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